jueves, 8 de marzo de 2007

La nueva piedra roseta



Correo, grupos de amigos, chats, foros, comunidades virtuales, vídeos, imágenes, recursos… todo en un sitio: Internet. Pocos hubieran imaginado hace 50 años que en el ciberespacio podríamos encontrar todo eso y mucho más.

Internet se ha convertido en parte de nuestra vida, nos acompaña, hemos crecido juntos. Hace 10 años, pocos de nosotros sabíamos lo que era tener mail, ahora prácticamente todos tenemos una cuenta de correo.

Para algunos sectores de la sociedad, pertenecientes al movimiento antitecnológico, este avance tecnológico supone una pérdida de la moralidad y un riesgo para la sociedad. Los sectores más tradicionalistas critican que la red, debido al auge del Messenger o de programas como Second Life, impide una comunicación real entre las personas, haciendo que éstas pierdan el contacto con la realidad y se encierren en el mundo virtual del ordenador.

Sin embargo, no todos son tan apocalípticos. Los gurús del ciberespacio, como Broker y Negroponte, ven en Internet una manera de expandir el conocimiento: de que miles de recursos puedan ser "rescatados" de la red por cualquier usuario; de que podamos compartir, discutir, descubrir, y experimentar con vídeos, imágenes, bitácoras personales y profesionales… Es tan importante, que se realizan estudios sobre la implantación de Internet, cuántos usuarios lo utilizan, qué webs son las más visitadas... Los resultados muestran los países más avanzados en este ámbito, aquellos que tomarán las riendas del desarrollo de nuevas tecnologías y, por tanto, del mundo. España va a la cola de los países desarrollados. El por qué es difícil de explicar. Podemos justificar la diferencia con los países nórdicos debido al clima mediterráneo que nos permite salir más a la calle, disfrutar de un paseo, etc. algo difícil de realizar si estamos a 30 grados bajo cero.

En cualquier caso, su uso ha aumentado las posibilidades de hacer dinero, de informar y de informarse, de ampliar las alternativas de ocio… No podemos negar, que tenemos en nuestras manos algo revolucionario que está cambiando nuestra forma de ver el mundo y de relacionarnos con él. Ya no estamos aislados, sino globalizados: podemos compartir vídeos, fotos, artículos, etc. con personas de cualquier parte del mundo; saber qué está ocurriendo en la guerra de Irak sin informarnos a través de los periódicos, de la televisión o de la radio; acceder a noticias todavía no publicadas prácticamente en tiempo real, o conocer nuevos grupos, estilos de música, escuchando radios online o accediendo a archivos de música directamente de compositores o grupos desconocidos que no han visto publicados todavía sus trabajos y que ven en esta nueva herramienta una ocasión inmejorable de darse a conocer entre los jóvenes de todo el mundo.

Estamos hablando del fenómeno Myspace donde grupos o cantantes dan a conocer su música permitiendo que se descarguen sus composiciones sin necesitar una discográfica. Lily Allen, Artic Monkeys, Vanexxa y así un largo etcétera son ejemplo de aquellos que ven en Internet una forma de realizar su sueño.

Pero no sólo la música sale beneficiada. De igual forma, se publican trabajos literarios inéditos gracias a las páginas webs, pero sobretodo a los blogs. Con la televisión se perdió la importancia de la palabra escrita frente a la imagen. Con este nuevo formato, la recuperamos, y ya no se ve supeditada a lo audiovisual sino complementada. Podemos comprobarlo con el vídeo “Del lápiz a la Web 2.0”. Nosotros formamos Internet, somos quienes lo construimos, pero éste se sustenta en las palabras, en el código html. Por lo que, de alguna manera, nos recuerda que no debemos olvidar nuestro origen, que la sociedad, las tecnologías, nuestra comunicación, se fundamenta en la escritura.

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