El Ministerio de Cultura ha puesto en marcha una nueva campaña contra la piratería donde. Con el lema “defiende tu cultura”, hace un llamamiento para que todos aquellos usuarios que descargan música, cine, etc. se conciencien de que perjudican a la sociedad. Se trata de la segunda que realiza y ha costado 2,8 millones de euros.
No obstante, el Ministerio transmite otro mensaje pues hace uso de aquello contra lo que predica, que es compartir archivos y permitir que el internauta se los descargue. Todo aquel contrario a la cultura P2P, por paradójico que parezca, puede descargarse los vídeos (zip), cuñas (zip) y el logotipo (pdf) de la misma. Asimismo, ha creado la web Copias sin límite un fake donde el usuario se registra y, al final, se le reprende sobre sus malas prácticas. Tiscar Lara también se ha hecho eco de ello y comenta en su blog que, tal vez, hubiera sido mejor hacer uso de Youtube para propagar la campaña, en vez de decir al usuario responsable que mande las cuñas a un amigo.
Esta práctica “ilícita y antisocial”, según el Ministerio, es realizada por miles de internautas que ven en esta plataforma una manera de que, por ejemplo, músicos desconocidos salten a la fama gracias a la posibilidad de descargar su música, véase el caso de los Artic Monkeys o Lilly Allen.
Entonces, ¿por qué consideran que atenta contra los derechos de autor de los creadores? Si tenemos en cuenta que en ningún momento se está robando la autoría de los trabajos, no podemos decir que sea una infracción. Si bien es verdad, que la retribución de su trabajo disminuye, de ahí que empresas como Madrid Rock o Blockbuster tuvieran que cerrar.
Las empresas son conscientes de que es casi imposible detener este tipo de prácticas y buscan métodos que respeten a los creadores pero que, al mismo tiempo, permitan a los usuarios hacer uso de ellas. Se trata, por ejemplo, de Creative Commons que ofrece licencias de derecho de autor, sin ánimo de lucro, que consienten que terceras personas utilicen su trabajo bajo las condiciones escogidas del autor.
Por otro lado, algunas discográficas, las más perjudicadas de los archivos P2P, son conscientes de que es prácticamente imposible detener el avance de programas como el Emule. EMI, la tercera discográfica más grande del mundo, ha eliminado la tecnología de gestión de derechos digitales de las canciones que se venden por el iTunnes. No obstante, se venderán más caras que las que sí posean protección. Se trata de uno de los ejemplos que siguen algunas empresas de cara a un nuevo contexto donde Internet, por mucho que les pese algunos, ha permitido que prácticamente todo se liberalice facilitando el acceso a miles de archivos.
